aunque debo decir que hay gente más enajenada, como Kotonoha del animé School Days. Para no hacerles larga la historia de esta chica, pues la mona tenía su novio, de hecho, su primer novio, pero este vato andaba de pitopronto con medio mundo aun cuando era novio de ella y pues la cortó pero ella estaba ahuevada en creer que aún era su novio y pues resulta que el sujetillo y la mejor amiga (mas bien, única amiga) de Kotonoha amaba al tipo éste y estaba embarazada, al saber que el wey no le iba a responder ella lo mató y Kotonoha al descubrir el cadáver le cortó la cabeza y a la cahvita que era su amiga la abrio (literalmente) para ver si en efecto estaba embarazada :S.
Luego se le ve en un yate con la cabeza del vato en una maleta como si lo tuviera ahi entero.
IUUUUUUGH para mí ese es el super colmo de los problemas mentales que asco cargar con la chompa del mono que te gusta, yo preferiría tenerlo enterito, vivo y que me quiera enserio ^^
El punto al que quiero llegar es que hice algo que antes no tenía valor de hacer: Mirar el archivo de mi fotolog, un viaje hacia la mitad del 2009, el tiempo en el que era verdaderamente feliz, antes si me ponía a ver lo que había ahí probablemente lloraría y me sentiría estúpida de haber dejado ir al amor de mi vida. Pero al contrario, me sentí como cuando una amiga te cuenta su historia de amor con cada post y cada comentario, fue como volver a vivir lo bueno de ese tiempo y no como ultimamente hacía, lo malo y las peleas post ruptura del tipo me ignoras, escribo porquería y media, te hago sentir mal, te enojas, me sacas de tus redes sociales, me siento mal, lo arreglo... y volvíamos a empezar. Por eso hay cosas que aunque no parescan chidas, al final es lo mejor (no tenernos de amigos en las redes sociales para no malinterpretar comentarios)
La amistad en Facebook, no es igual a la amistad real. Tienes amigos ahí a los que ni les hablas o peor, te caen mal o no tienes ahí a grandes amigos tuyos.
Ok, me desvié del tema... ahhhh si, recuerdos buenos, recordar las cosas buenas hace que la vida valga la pena, a lo mejor ya no soy tan ahuevada con las cosas que fueron desde que le dejé el asunto a Dios, que Él hiciera lo que fuese mejor para mí. Y me gusta lo que está pasando jejeje no tengo cara para quejarme.
Estoy cambiando para bien, y eso me hace sentir contenta y siento mi vida más liviana sin tanto cúmulo de tristezas y ese sentimiento de impotencia tan grande que cargaba.
ya lo dice una chica que aprecio un montón
Con Papá Dios, la vida es más sabrosa
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